Rastafari es más que una fe espiritual; es un movimiento cultural que nació en Jamaica a principios del siglo XX, aunque sus raíces también pueden encontrarse en otras partes de Centroamérica, como Panamá y Costa Rica.
Esto se debe en gran parte a la influencia de Marcus Garvey y sus ideas sobre el panafricanismo, la importancia de Etiopía como tierra santa y símbolo de la libertad africana.
Además, la existencia de la Antigua Orden Etíope y otras congregaciones afines a la cultura etíope contribuyó a su desarrollo, así como el paso de algunos de los primeros «Elders» por estos países y que posteriormente se identificarían como Rastas.
Sin embargo, es en los años 30 cuando podemos identificar de manera clara el surgimiento en Jamaica de Rastafari como nombre místico, estableciendo su conexión divina.
Este movimiento encuentra su máxima expresión con la coronación de Ras Tafari Makonnen como emperador de Etiopía, el único país africano que nunca fue colonizado.
Coronado bajo el título de Su Majestad Imperial Haile Selassie I, Rey de Reyes, Señor de Señores, León Conquistador de la Tribu de Judá y Elegido de Dios, su ascenso al trono cumplió con la profecía predicha por Marcus Garvey, quien proclamó que «un rey negro sería coronado en África, y la redención estaría cerca».
Con la coronación de Su Majestad, muchos rastas comenzaron a investigar la historia y las escrituras, rompiendo con las narrativas impuestas por los colonizadores.
A través de la interpretación de este acontecimiento, entendieron que la profecía se había cumplido: el León de Judá había llegado para gobernar con justicia, y el trono de David, bendecido eternamente, es el trono de Dios en la Tierra.
Etiopía se reveló como el lugar santo, un hecho que el colonialismo había intentado ocultar.
Este pacto sagrado, manifestado en la figura de Ras Tafari, dejó claro que se están viviendo tiempos bíblicos. La magnitud de este acontecimiento se reflejó cuando más de 50 naciones hicieron reverencia a Su Majestad Imperial Haile Selassie I, Rey Alfa, y a la emperatriz Menen Asfaw, Reina Omega, durante la ceremonia de coronación.
El Significado de «Rastafari»
El término «Rastafari» proviene de la unión de «Ras», un título etíope que significa «jefe» o «príncipe», y «Tafari», el nombre de pila de Su Majestad Imperial Haile Selassie I.
Juntas, estas palabras forman una expresión de profundo significado, que podría traducirse como «Príncipe Creador» o «Cabeza Creadora».
Pero, ¿Qué es realmente Rastafari? En esencia, un rastafari es una persona que cree en la divinidad de Su Majestad Imperial Haile Selassie I, quien es visto como la encarnación de Cristo en su carácter de Rey y descendiente de la raíz de David.
Sin embargo, esta sería una interpretación simplista, ya que la fe rastafari abarca un amplio conjunto de preceptos y aspectos tanto físicos como espirituales.
El Rastafari vive bajo las enseñanzas de Su Majestad, siendo una persona de corazón puro y manos limpias. Rastafari implica un compromiso con la vida, con Dios y con la preservación de la ley divina, los mandamientos y el mensaje de rectitud y moralidad.
La Divinidad de Su Majestad Imperial Haile Selassie I
Para aquellos que no pertenecen al movimiento, entender la divinidad de Su Majestad Imperial Haile Selassie I puede resultar confuso o contradictorio.
Lo primero es liberarse de las enseñanzas del cristianismo occidental, ya que, la colonización distorsionó y tergiversó los hechos históricos y espirituales.
La apropiación cultural y espiritual impuesta por los colonizadores censuró y malinterpretó textos sagrados para ocultar la verdad y controlar a la población, eliminando a África como centro espiritual del cristianismo.

Al examinar la historia, se revela el linaje divino de David y Salomón, una estirpe a la que Dios prometió reinar eternamente.
El trono de David es, según las escrituras, el trono de Dios en la Tierra. Además, el Arca de la Alianza, que la narrativa occidental afirma que está perdida, en realidad reposa en Etiopía, según el texto sagrado del Kebra Nagast. Etiopía, entonces, se erige como la verdadera tierra santa.
En las escrituras también se menciona la llegada de un gobernante cuyo nombre sería «Príncipe de Paz». Si conectamos esto con la coronación de Su Majestad Imperial Haile Selassie I, se puede entender que Su Majestad es esa figura anunciada, un descendiente de la estirpe de David que ha ascendido al trono, cumpliendo con las profecías.
Además, se dice que el León de la Tribu de Judá será coronado para abrir los siete sellos, un acto que las escrituras asocian con el pacto davídico.
Diversidad de Interpretaciones en la Fe Rastafari
La divinidad de Haile Selassie se percibe de distintas maneras dentro de las diversas «mansiones» o ramas del movimiento rastafari. Algunos lo ven como Dios hecho carne, otros como el Mesías, y otros como un enviado del Altísimo para guiar a sus hijos de vuelta al camino de Dios antes del Juicio Final.
A pesar de estas diferencias, todos los Rastas coinciden en un punto central: Haile Selassie es la manifestación divina del poder de Jah en la Tierra, y vino a guiarnos con amor, justicia y rectitud.
Principios y Estilo de Vida Rastafari
Una vez entendida la conexión divina, es más fácil comprender los principios de vida de un rastafari. Estos se basan en las enseñanzas de Su Majestad Imperial, quien es la única autoridad que rige su conducta. El día a día de un rastafari busca el equilibrio entre lo místico y lo terrenal, llevando una vida Ital.
El término Ital hace referencia a un estilo de vida puro y natural, alejado de todo lo que pueda contaminar el cuerpo, la mente y el espíritu. Aunque se asocia comúnmente con la alimentación, Ital también implica cuidar lo que se consume a través de los ojos y los oídos.
Reparación y Repatriación
Otro pilar fundamental del movimiento rastafari es la idea de la repatriación de los hijos de África a la tierra madre, tal como predicaba Marcus Garvey. Sin embargo, antes de ese regreso, Su Majestad instruyó que «la liberación debe preceder a la repatriación», señalando la necesidad de liberar primero a los oprimidos de las cadenas mentales y espirituales que los esclavizan.
Rastafari es un movimiento profundamente ligado a la identidad, resistencia y espiritualidad de la diáspora africana. No es una religión en sentido estricto, sino una forma de vida y una cosmovisión que ha tenido un impacto profundo en la cultura mundial.











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