En la cultura Rastafari, los Elders no son solo personas mayores. Son guías espirituales, guardianes del conocimiento ancestral, ejemplos vivientes de resistencia y verdad. Representan la raíz del árbol Rastafari, y su voz es ley no por imposición, sino por experiencia, por vida vivida con fidelidad al livity Rasta.
El papel de los Elders en la cultura Rastafari
Desde los años 30, cuando el movimiento Rastafari comenzaba a tomar forma en Jamaica, jugaron un papel vital en establecer los cimientos filosóficos y espirituales.
Fueron ellos quienes, en tiempos de persecución, violencia y marginación, sostuvieron la fe, organizaron las primeras comunas y crearon las primeras “reasonings” — reuniones espirituales donde se discute y se comparte conocimiento.
Ellos mantuvieron viva la llama cuando ser Rasta era considerado una amenaza para el sistema.
Los primeros Elders: pioneros de la resistencia
Nombres como Leonard Howell, Joseph Hibbert, Archibald Dunkley y Robert Hinds son considerados The First Elders — visionarios que, tras el anuncio de la coronación del emperador Haile Selassie I en 1930, reconocieron su divinidad y comenzaron a predicar el mensaje de redención, retorno a África y liberación del pueblo negro.
Estos primeros Elders enfrentaron cárcel, golpes, burlas, represión estatal. Aun así, sembraron las semillas del pensamiento Rastafari que, con el tiempo, germinaron en todo el Caribe y más allá.
Más que líderes: Puentes vivos
En las comunas rastas, los Elders no solo enseñan; también observan, corrigen, y protegen. Son quienes orientan a los jóvenes, quienes aconsejan sin imponer, quienes han vivido las razones detrás de cada símbolo, cada ritual, cada práctica del livity.
Su palabra no necesita adornos: tiene fuerza porque está respaldada por la vivencia. Son puentes vivos entre generaciones.
La situación actual de los Elders en Jamaica
Hoy, en Jamaica viven en situaciones difíciles: olvidados por el sistema, sin recursos económicos ni reconocimiento institucional. Algunos son apoyados por comunas o por la diáspora, pero otros sobreviven con lo justo.
Esto ha generado un llamado urgente dentro del movimiento: cuidar a los Elders mientras están vivos, no cuando ya han pasado a otro plano. Su conocimiento, si no se documenta o comparte, puede perderse para siempre.
¿Por qué debemos honrar a los Elders?
Honrarlos es reconocer que estamos aquí gracias a ellos, a sus luchas, a su firmeza, a su ejemplo. En tiempos de inmediatez y ruido digital, escuchar a los Elders es reconectar con la raíz.
Ellos nos recuerdan que el camino Rastafari no es una moda ni una pose estética: es una forma de vida basada en principios, respeto, resistencia y amor por la verdad.
Cuidar la raíz para que el árbol siga vivo
En la cultura Rastafari, los Elders son la raíz espiritual de todo el movimiento. Nos toca ahora a nosotros —la nueva generación— aprender de ellos, escuchar sus historias, respetar su presencia y apoyarlos en lo material y lo humano.
Porque sin raíz, no hay árbol.
Y sin Elders, no hay Rastafari.











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